¿Y si lo imaginamos?

Verduras imaginarias

Sepan disculparme si esta reseña se vuelve demasiado personal y subjetiva pero tengo una relación muy cercana con quienes integran este elenco. Y no lo digo sólo por haber formado parte brevemente del grupo de la Enkosala y ver cómo manejaban ese maravilloso teatro antes de su abrasadora desintegración como espacio, sino que disfruto de juntarme con y ver espectáculos en los cuales se demuestre la experiencia y el amor que se le tiene al arte teatral así como yo lo veo.

En este caso en el escenario del subsuelo de la Biblioteca y Medioteca “Manuel Belgrano”, lxs intérpretes representaron a la pareja de un contador rígido y su esposa, que viven una vida “cotidiana”, con la salvedad de que en escena tienen muy pocos elementos reales: todo pasa por lo que pueden imaginar y mostrarnos a nosotrxs qué es lo que ven. Su comida es imaginaria aunque su indignación por la suba de precios es real; y su caricaturización de los movimientos y gesticulaciones son propios de la escena, pero las discusiones traspasan ese umbral de la convención teatral para penetrar en nuestras relaciones interpersonales, cuestionándonos si alguna vez nos tratamos así y por qué. Me impactó particularmente la frase “¿cuándo fue la última vez que nos miramos así?” que en algún momento dijo uno de los personajes.

Dentro del código del absurdo beckettiano con reminiscencias a series como Mr Bean o dibujos animados de Tex Avery que se pueden vislumbrar desde el primer momento, existe una crítica a la rutina y a los valores de la modernidad que se erigen todavía hoy en algunas familias. Hay, también, una sutil crítica al materialismo y a la sociedad de consumo.

-¿Qué necesitamos realmente para ser felices?- parece decirnos la obra. “Puedo hacer lo que quiera porque lo estoy imaginando” nos contesta. El deber ser, el concepto de normalidad y la capacidad de vislumbrar realidades más allá de lo que se ve a simple vista forman parte también de lo que se nos presenta.

Por supuesto que esta obra se sostiene con un gran trabajo de la mímica y un juego constante de la imaginación de ambos intérpretes en la cual nos vemos obligadxs a participar, incluso con una sana envidia de saber que se están divirtiendo muchísimo representando este espectáculo.

El cómo llegó esta obra aquí es muy particular. Esta fue la primera obra de Martín Giner que se estrenó en Mendoza con el mismo director y su madre, la gran Gladys Ravalle, junto al maestro Jorge Fornés como coequiper. Esa versión era más clownesca de la que puede verse actualmente por parte de Diana Moyano y Cristian Bustos, pero con otra tónica de actuación para poder realizarse en cualquier espacio.

Sin duda, es muy representativa de dos actores y un director que disfrutan de hacer teatro y que demuestran que viven para poner en escena personajes de variadas circunstancias para hacernos disfrutar de una comedia y reflexionar sobre nuestras vidas, con el mensaje de incomodidad que siempre deja el absurdo bien realizado.

Ficha técnica:

Actuación: Diana Moyano, Cristian Bustos

Dirección: Juan Comotti

Dramaturgia: Martin Giner

Escrito por Abel Lisman

Actor, Profesor Nacional de Teatro (COSATYC Andamio '90), asistente de escena del teatro de Andamio entre los años 2010 y 2012; colaborador en diversas obras teatrales de Buenos Aires y Mendoza; escritor de un libro sobre pedagogía ("Pedagogía Incendaria. La escuela tiene los días contados"). Crítico teatral de la revista "Palabras Macabras" (2018) y del Diario El Sol (2023).

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