Ya es hora de que quienes nos dedicamos a las críticas teatrales empecemos a mirar y admirar el enorme trabajo que se realiza en las comedias musicales. Este género nacido de la opereta y que conjuga de manera directa el teatro, la música y la danza (con el talento que eso exige) está presente en Mendoza y producciones como esta demuestran que a pesar de las circunstancias en que estamos viviendo, se puede hacer una megaproducción en la ciudad principal de la provincia. Porque frente a los sueños, sólo se necesita gran esfuerzo (y apoyo, por supuesto). “Más los sueños, sueños son” diría Calderón de la Barca, y la titánica producción por parte de la compañía de danza Nina´s y las más de ¡50 personas! que forman parte de este espectáculo muestran un cariño hacia el musical, hacia el género y hacia el teatro que me parece admirable. Por suerte, las seis localidades agotadas que tuvieron en el Teatro Tajamar y la cuadra y media de cola para entrar demostraron que el público disfruta, gusta y necesita este tipo de eventos en sus vidas.
Vamos a la obra en cuestión. La decoración del Teatro Plaza nos lleva a pensar en el Moulin Rouge, aquel símbolo que iluminó Paris cuando era la capital artística del mundo, a principios del Siglo XX: un gigantezco bambalinón rojo, la cabeza de un elefante, una pequeña réplica del molino, la música de época (intervenida para darle un toque de contemporaneidad), y las trabajadoras de la noche observándonos con una sonrisa en sus rostros.
La recepción nos acogió con una copita de vino y un chocolate, los cuales colaboraron para un ambiente más ameno y se agradecen en una noche de frío como aquella.
La compañía de danza Nina´s nos sorprende con esta versión del clásico de los musicales nacido en el 2019, basado en la película homónima del 2001, y adaptada para el público local. [Dato importante: adaptar un musical de otro idioma al castellano para un mayor entendimiento del público es una tarea muy respetable y complicada de hacer aunque no siempre quede exactamente igual, tal como se hizo en el pasado con otros referentes como Rent, Evita, Cabaret o El Fantasma de la Ópera, por ejemplo].
Esta versión en particular nos cautiva primero con una escenografía inmensa como pocas veces he visto en el teatro local, muy hermosa y bellamente decorada por cierto, con tonos rojos muy vistosos y un vestuario que nos lleva a pensar en esa Belle Epoque, con atuendos muy bien realizados que, sin la necesidad de oír la obra, nos hablan de cómo es cada personaje.
La obra nos centra en la vida de Christian, un bohemio de la época cuando ser artista significaba darlo todo por el arte aunque no tuvieras ningún sustento(…bueno, eso es algo que parece anacrónico), quien nos habla de su historia de amor y cómo surgió.
Le acompañan en este periplo hacia el descubrimiento personal un grupo de artistas de los bajos fondos de Paris (inspiradxs en personajes reales) y una historia que involucra el quid pro quo, el amor romántico, la comedia picarezca, la danza y toques de cabaret parisino.
Debo decir que las doce personas del elenco actoral están muy bien elegidas, dando no sólo con el physique du role sino también con lo que se necesita para el papel. Subrayo, sobre todo, el gran trabajo de Nahuel Arce como Cristian, Nicol Escorihuela como Satine y David Páez como Zidler cuyo talento artístico mantiene la energía de la obra en todo momento.
Como detalle adicional cabe destacar la genial capacidad coreográfica que distingue al elenco, tanto en la parte vocal (la más destacable a mi parecer), en la danza con la precisión que exige una compañía de este calibre y en la coreografía cómica de la parte actoral. También me pareció muy interesante, porque reconozco lo difícil que es de coordinar, que luego de muchas escenas aparecía todo el elenco en escena y daba una imagen de fotografía que tentaba para hacer un poster y colgar en la pieza.
Esta obra nos invita a creer en ese sentimiento que parece que quedó oculto bajo el polvo de las redes sociales, en la ternura que puede significar obsequiarle tu corazón a otra persona y mirar a los ojos a alguien que te ama y que amás. Por eso en el público éramos varias personas apoyando nuestra cabeza sobre el hombro de nuestras parejas o tomándole la mano. Porque nos despierta sentimientos que no queremos dejar en el olvido y recuperar todos los días. Una obra que nos invita a creer en el talento de un enorme grupo de profesionales, en el amor y en el esfuerzo para conseguir lo que unx quiere: sea eso montar un musical, luchar por la persona que se ame, o dedicarse al arte como lenguaje universal.
Ficha técnica (Uff…acá vamos):
Ficha actoral:
Nahuel Arce, Nicol Escorihuela, David Páez, Gustavo Delascio, Tadeo Colomer, Nicolás David, Julieta Donati, Agustín González, Claudia Racconto, Luisina González, Emilia Bonanno, Gisel Barahona.
Ficha técnico-artística:
Dirección General: Verónica Alsina
Asistente de Dirección: Rodrigo Navarro Sardá – Ariadna Pazzaglia
Guion: Aníbal Villa
Dirección de actores: Rodrigo Navarro Sardá – Verónica Alsina
Dirección coreográfica: Verónica Alsina
Preparador vocal: David Páez
Música: Pablo Orellano
Vestuario: Yanina Di Munno
Diseño escenográfico: Majo Delgado
Realización escenográfica: Sol Pérez – Xar Sid – Katherine Morales
Telón: Tamara Cuidet y Leo Castro
Diseño gráfico: Compañía Nina´s
Fotografía: María José Navarro Sardá
Producción General: Compañía NINA´S – Verónica Alsina
Ensamble: Compañía Nina´s (perdonen que no ponga el nombre de todxs pero ya se me hace demasiado largo esto)
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