“La única forma de derrotar al olvido es seguir contando historias"

María Elena y la brigada de los sueños

Volvemos a los infantiles, que también merecen nuestra atención. En este caso se trata de una obra que toma, como su nombre lo indica, la inspiración en varias canciones de María Elena Walsh.

Aquí debo decir algo muy personal y es que soy un gran admirador de la poetisa de Ramos Mejía desde temprana edad, por lo que sentía mucha curiosidad por lo que este elenco podía ofrecer.

Con lo que me encontré al llegar, previo a la función, fue un ambiente que invitaba a quedarse, recorrer y socializar, con venta de pochoclos, un stand con libros infantiles y el auspicio de varios sponsors, lo cual habla de que la producción se movió para poder hacer no solo la obra de teatro sino también un momento para disfrutar en familia. Esto habla de la experiencia y el cariño que se le puso.

Ya comenzada la función se presentan ante el público cinco superhéroes, cada unx llamadx en honor a un/a escritor/a nacional reconocidx (Oliverio (Girondo), Alfonsina (Storni), Ernesto (Sábato), Griselda (Gambaro) y, por supuesto, María Elena (Walsh)) lo cual aunque a primera vista parezca un detalle menor es una de las tantas referencias educativas que plantea la obra con sutileza. “Aprender y educarse sin angustiarse” dirían los personajes.

La obra en sí muestra diversas “misiones” que tiene este grupo para derrotar a diversos enemigos, los cuales pueden ser derrotados contando historias. Teniendo en cuenta que M.E.W. era, principalmente, una poetisa y contadora de historias, este marco argumental tiene bastante sentido.

Se pueden destacar en la puesta varios puntos a favor: en primer lugar por medio de un vestuario llamativo, actuaciones clownescas, cargadas de energía (las cuales sanamente envidio) y coordinadas pudieron mantener la atención aún de lxs espectadorxs más pequeñxs durante todo el espectáculo, tomando al público por momentos como un personaje más y buscándolo para que les “ayuden” en sus tareas. Otro aspecto que me pareció positivo fue, y esto ya como un aspecto muy personal, el uso de música de rock y dinámica para transformar canciones clásicas de M.E.W. en versiones más “modernas” y aún más pegadizas para mantener la atención del público.

La composición de los personajes, siendo variables y diversos, demostró la capacidad lúdica y profesional de lxs cinco intérpretes, quienes denotan haber estudiado técnicas meyerholdianas y de Jacques Lecoq para sus personificaciones en una obra de teatro infantil, que no es un género menor, como alguna gente pueda creer.

Por otra parte se pueden ver, también con sutileza, influencias de Hugo Midón y Les Luthiers, grandes referentes tanto de la comedia como del teatro.

En otro aspecto, me gustaría rescatar que en un momento de la obra se plantea a la fantasía como un lugar para estar, como si fuera un espacio que hay que rescatar, lo cual personalmente me parece atinado en un mundo de pantallas e individualismo anti-creativo.

Resumiendo, esta obra nos invita a pasar un buen momento en familia, con referencias y chistes para un amplio grupo de edades, lo cual demuestra la experiencia de su director, sosteniendo una energía constante a lo largo de la obra, con canciones y coreografías entretenidas y cargadas de juego, con un elenco profesional y bien preparado para el público que le espera esta temporada invernal.

“María Elena y la Brigada de los Sueños” tendrá funciones por vacaciones de invierno en el Teatro El Círculo (O. V. Andrade 510 2do. Piso, Ciudad), de este jueves 10 al domingo 13 de julio, y del miércoles 16 al sábado 19 de julio, siempre a las 16h.

FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA:

Elenco: Cardumen Teatro.

Actúan: Guillermo Sandoval, Selene Búmbalo, Celeste Calderón, Aldana Dutto, Nicolás Gómez.

Dirección: Aníbal Villa.

Asistencia de Dirección: Federico Bottaro.

Escenografía: Lucía Yaquinta.

Música: Santiago Marino.

Producción: Paula Ledaca.

Prensa: Eugenia Cano.

Escrito por Abel Lisman

Actor, Profesor Nacional de Teatro (COSATYC Andamio '90), asistente de escena del teatro de Andamio entre los años 2010 y 2012; colaborador en diversas obras teatrales de Buenos Aires y Mendoza; escritor de un libro sobre pedagogía ("Pedagogía Incendaria. La escuela tiene los días contados"). Crítico teatral de la revista "Palabras Macabras" (2018) y del Diario El Sol (2023).

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