Las funciones estreno tienen un encanto particular. Una mezcla de texto y coreografías corporales bien estudiadas, movimientos examinados y mariposas en la panza. También es el momento tan esperado por las familias y amistades (y el elenco, por supuesto). Por eso el 31 de Mayo se vieron tantos saludos y sonrisas por doquier; los “te conozco pero no sé de dónde” que tan bien nos hacen.
El Teatro Independencia nos recibe con rock nacional y música acorde a la temática de la obra, que comienza con una grupalidad sobre nosotrxs, con un espíritu murguero con toda la esencia que tiene este ritmo afro-americano de protesta. Nos meten en una clase de Historia distinta, una visión de la Conquista de América desde otros protagonistas que no siempre se tienen en cuenta: el sonido y el grupo. Es absolutamente envolvente la capacidad que tiene el elenco de mantener, sostener y jugar con la tensión de lxs espectadorxs por medio del sonido y las coreografías pensadas desde la grupalidad.
Se ve en escena el relato de una historia muy conocida pero reversionada desde el juego escénico. Un trabajo arduo de coordinación de sonidos muy bien ejecutados y cuerpos que sabían lo que hacían. Se presenta el sonido más propio, tanto el español como el americano o el híbrido de ambos, como un significado en sí mismo, en constante movimiento (¿lecturas de Michel Shion quizás?).
Presenciamos un viaje, un relato conocido desde Billiken hasta Canal Encuentro pero con un dinamismo que nos obliga a rever la Historia para redescubrir otros matices. Es esa magia que tiene el teatro comunitario, de hacer que VEINTICINCO PERSONAS en escena nos lleven a otro lugar, a un espacio en el que podemos debatirnos sobre lo que conocíamos o lo que no de nosotrxs mismxs. Y se nota la influencia del teatro hecho desde abajo, desde la horizontalidad y desde el cariño. [Como agregado, quienes presenciamos esta primera función fuimos muy afortunadxs de disfrutar de un interludio de tanta energía maravilloso para que el Flaco Suarez nos relate un cuento en medio de la obra. Por un rato el Teatro Independencia se volvió un jardín de infantes escuchando un relato que nos transportaba hacia otro lugar, envolviéndonos de la energía que sólo el Flaco sabe transmitir. Disfrutemos de nuestros emblemas mientras los tenemos.]
Una obra anacrónica, colectiva, que cuenta cosas de acá (del corazón) y que nos demuestra que disfruta de cada proceso de creación teatral, cantando al sol como la cigarra, dejándose arrastrar por vientos del pueblo y diciéndonos que aquí estamos, siempre estamos.
P.D: Quería dedicar esta reseña a la memoria de Roberto “Tito” Cossa. Un grande que nos despidió esta semana. Q.E.P.D.
Ficha técnica:
Elenco: De Sol a Sol Teatro.
Dirección: Scarlett Morales y Ernesto Suarez.
Asistencia de dirección: Natalia Di Marco y Dino Cortez.
Dramaturgia: Dino Cortez, Mayra Maspoli y Scarlett Morales.
Música: Lucila Robles, Milva Robles, Gabriel Sanchez, Constanza Vargas, Natalia Di Marco, Juana Kevorkian, Carlos Merlos y Denis Arnaez, Luna Küyen
Escenografía y Utilería: Francisco Tonidandel, Denis Arnaez, Gabriel Sanchez Julián, Valen Morón, Guillermo Sandoval, Matias Sosa, Mauro Sánchez, Martín Moreno Valenzuela, Juana Rivadineira.
Vestuario, Caracterización y Maquillaje: Natalia Di Marco, Elizabeth Prado, Luchi Zuluetta, Lucila Robles, Brunela Pucci , Mariana Bressano , Katherine Morales.
Realización de máscaras y utilería: Katherine Morales.
Prensa y comunicación: Cyntia Garavello. @cyngaravello.prensa
Diseño gráfico y fotografía: Pao Alonso.@paoalonso.fotografia
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